viernes, 15 de diciembre de 2017

Un sabor amargo de algo extraordinario

Deberían morir aquellos que hacen 
del amor un calendario,
de la química una costumbre, 
de la física una incertidumbre. Hacer, 
un sabor amargo de algo extraordinario.

El mundo sigue dando vueltas
 y no para de haber extinciones.
Dejaron de existir tantas cosas:
el fruto de la existencia, 
el arte y la poesía.
la duda y su ambrosía,
la claridad y la cultura.
Se murieron tantas cosas, 
que sólo nos quedó la vida.

Mira a tu alrededor y dime qué queda: 
si el sentimiento o la pasión, 
si el fanatismo o la represión, 
si el consumismo o la explotación.

Nos creíamos dueños del universo,
y ni siquiera éramos libres.
Hicimos del manjar un festín, 
emborrachándonos entre mentiras dulces,
y ahora nadie sabe ser feliz,
porque el hueco en los corazones es inmenso.

No preguntes por la cosecha,
que nos dio aquel árbol. 
De la rama recogimos piedras y palos.
Chascos en forma de provechos, 
que no nos servirían para nada.
Solamente, para darnos cuenta, 
de que habíamos convertido,
la más bonita flor en un fósil petrificado.






martes, 12 de diciembre de 2017

Un mismo sitio



Estoy flotando en una nube de polvo, 
gritando sin boca al pie de la Luna.
Mi pensamiento me indica que ya es hora. 
Toca rezar sin un Dios al que mirar.

Soy un hombre ateo en un mundo sin fe, 
ahora nadie sabe a quién creer.
Tenemos vendas para las pupilas del corazón, 
y nadie sabe cómo quitar las heridas que deja la sinrazón.

Desconfiamos el uno del otro, 
creamos un muro de acero en un mundo de hielo.
Mi musa me ruega: Te pido que confíes en mí, déjate llevar.
Pero lo siento, de unos ojos que matan no me puedo fiar. 

El dolor no es más que temporal, 
como la vida misma.
La vida es dolor y la muerte paz. 
No lo digo yo, lo dice la relatividad.

Todo es relativo y nada absoluto. 
No seamos felices pues, no la podremos alcanzar.

Hablamos de la felicidad, 
como si esto fuera ser original.
Somos parte de un mismo sitio: 
unos lo llaman utopía, y otros libertad.