miércoles, 30 de marzo de 2016

El rapto de Europa

El rapto de Europa, un cuento mitológico donde el dios todopoderoso Zeus se hacía pasar por un mamífero con cuernos con la intención de poder acercarse a Europa, una mujer fenicia, de bellos andares y preciosas curvas, que sacaban de quicio hasta a los malechores.
El dios griego, cuando ve que tiene a dicha fémina en su circunstancia, decide llevársela y raptarla para poder darle todo el amor que antes solo podía imaginar.

Aunque, no es esa historia de la que vengo a hablar. Vengo a hablar de actualidad. No voy a dar la chapa. No vengo a contar narraciones de hace más de dos milenios, ni a intentar apreciar un arte griego o latino que parece que va decayendo en interesados.

No vengo a hablar de una mujer, vengo a hablar de todo un continente, de unas fronteras que parece que se están intensificando mientras, desde otro punto de vista, se están rompiendo y esfumando como el humo.

viernes, 25 de marzo de 2016

Oferta de trabajo

Le llegó, le alcanzó esa oferta de trabajo.
Al fin comprendió que debía de machar,
a pesar de que antes necesitaba emplear,
algún que otro esfuerzo proveniente de sus bajos.

lunes, 21 de marzo de 2016

Leve instante

*Al final de la publicación encontraréis la recitación de la misma



Fue durante un leve instante,
como notaba la pureza del diamante,
hecha carne y hablando con voz suave.
Fue un segundo, cuando te vi desnuda sin desnudarte.

jueves, 17 de marzo de 2016

Me considero alguien fuerte


*Al final de la entrada encontraréis el vídeo correspondiente a la recitación del poema.




Me propongo a pisar fuerte,
pero hay piezas que duelen,
hay partes de mí que se detienen,
porque de la vida ya se fiaron,
demasiado, y de los días no,
confían. De juzgas se cansaron.

Me estimulo, y pienso que hay algo mejor.
Creo, que ya nada puede ir peor, ya no.


sábado, 12 de marzo de 2016

No se de qué va todo esto

Soy de esas personas que tienen mucha creatividad, y pocas ganas al mismo tiempo. Mucha pereza, y mucha inteligencia. Es la inercia que hace que siga moviéndome en lineas redondeadas, para seguir escribiendo en algo más que no sean letras sin sentido en unas páginas. Si pudiera escoger la frase de mi lápida, sería: "Aquí no hay nada que ver. Aquí, hay mucho que leer".

martes, 8 de marzo de 2016

Unidas de la mano

Anoche, tras la cena, se me acercó una persona muy misteriosa. Era una mujer con el rostro demasiado limpio de espinillas, una mujer con unos ojos, que hacían que pudiera verle el alma. Con un cuerpo tan esbelto que hacía equilibrar todas las balanzas.
Me ocasionó un gran impacto que se sentara conmigo y me dijera su nombre, aunque, a día de hoy, no lo recuerdo. Pero creo sinceramente que el nombre no es lo más importante de las personas, los nombres son solo letras conjugadas que tuvieron significado en su origen. Ahora, son solo palabras sin sentido que marcan nuestra seña de identidad. Qué incongruencia, prefiero decir quién soy por mis ideas.

Después de tantas presentaciones, de que dijéramos nuestro hogar natal, de lo que estábamos estudiando, de nuestra edad y sobre cómo nos habían ido los exámenes, empezamos una conversación que cambió naturalmente el curso de mi forma de pensar. Y, realmente, no fue para tanto.


-Dime, ¿qué piensas de la vida?-, me preguntó.


-Sinceramente, no se por qué estamos aquí, me limito a vivirla-.


-Define eso de...vivirla-.


-Somos seres humanos, ¿no?-, afirmé mirando fijamente los ojos de ella.


-Claro, nadie lo duda-.


-Pues, si nadie lo duda, para mí, vivirla es pensar. Para mí vivir es encontrar esa felicidad que aparece cuando eres sabio, es apreciar la libertad desde un punto de vista aún medio animal, creo que es ver lo que te rodea, observándolo con detalle, y elaborando conocimientos sobre cómo cambiarlo a tu gusto. Desde mi opinión, vivir es eso, razonar-.


-Estoy de acuerdo en todo, menos en una cosa-, dudó murmurando en voz baja como si se tratara esto de una obra de teatro, donde huimos de los malos, y nos escondemos para fingir que la muerte no viene hacia nosotros, con sed de venganza, por olvidarnos de ella en cada instante.


-Cuéntame-, comenté entusiasmado.


-Pues...no estoy de acuerdo en que seamos libres-.


-¿Cómo que no?-. Mi cara de sorprendido se atenuaba con el paso de las décimas y segundos. Para mí, eso era una idea tan clara que jamás podría haber imaginado que alguien me lo negara, que alguien me dijese que nuestra esencia no iba unida a nuestro ser. No podía tolerar que alguien me lo discutiera.


-Te veo demasiado estupefacto. Bueno, pues voy a dejar que me sueltes un argumento, a ver si consigues convencer a este papel en blanco-.


Mi seriedad comenzaba a alzarse contra su expresividad dubitativa y su actitud un tanto incomprendida.
-El ser humano es libre porque le ayudó a sobrevivir, simplemente-, añadía.


-Concreta eso-, me respondía.


-Si estás de acuerdo conmigo en que pensar es importante, ¿cómo vas a pensar si no eres libre? ¿Cómo vas a tomar decisiones si no tienes la capacidad de poder tomarlas? ¿Y cómo vas a tomarlas si no tienes la capacidad siquiera de poder pensarlas? Es aquí, amiga mía, cuando la libertad y el pensar van unidas de la mano, al igual que una tinta y un bolígrafo, que se complementan el uno al otro, pero que solos, no son nada.
Dime, cómo hubiéramos sobrevivido si no se hubiera inventado toda la industria que tenemos a las espaldas de nuestra historia. ¿Insinúas que los inventores hicieron esas invenciones sin ser realmente libres? ¿Lo hacían por instinto, quieres decir? No lo creo, tuvieron la capacidad de razonar y de tomar decisiones pensando, y eso solamente nos ocurre si somos libres. Aunque, a lo mejor nuestro instinto nos guía siempre a ser libres. Eso solamente ocurre cuando podemos ver más allá de lo que podemos llegar a observar, cuando dejamos de ser animales y somos humanos por tan solo un momento-.

-De acuerdo, te creo y me has convencido en esto-, me dijo ahora más aliviada y calmada.
-Pero, mira a tu alrededor, ¿crees que las personas de aquí y ahora son libres?. Yo pienso que no saben lo que es la libertad, pienso que se creen más independientes de lo que son en realidad.


-Claro, y es cierto- le dije.
-Dime, ¿acaso te crees que en un sistema corrompido, las personas pueden llegar a oler la libertad? Puede que haya libertades colectivas, de derecho de reunión, del derecho a opinar. Aunque, ¿acaso existe el derecho a huelga de forma individual?-


-Pues ahora que lo dices...-


-Claro que no existe. Mira, no niego de que haya una serie de libertades y de derechos, pero la mayoría son colectivos. La mayoría no cuenta con su propia libertad individual, no cuenta con una cierta independencia que le otorgue moverse en su circunstancia-. 

-De acuerdo- 
-Sin embargo- añade -hay algo que no logro conectar demasiado bien. No niego que seamos libres, pero, ¿no piensas que todo lo que nos rodea, es decir, nuestro entorno...-

-O circunstancia...-, le corregí.


-...bueno eso, ¿no piensas que ya está todo predeterminado? ¿No estás de acuerdo en que incluso nuestro hogar, nuestro colegio, nuestras primeras amistades, están decididas por un azar (que algunos llaman destino) totalmente atado a nosotros? Si fuésemos libres, podríamos cambiarlos también, ¿no?-


-Te pasa lo mismo que a todos-, le dije en un gesto serio mientras al final de la frase solté una carcajada irónica.

-¿A qué te refieres?-


-Tienes, y tenemos, un problema de conceptos. Queremos opinar de algo pero no sabemos ni definirlo, queréis hacer un castillo con ladrillos y teniendo al aire como cemento, ¿no te parece algo totalmente ignorante e incoherente?


-Perdona, pero yo se definir la palabra "libertad"-. Sus palabras ya me transmitían algo de inseguridad en cada tono que empleaba.


-No, no lo sabes. Te crees que la libertad es la omnipotencia. Tú y la mayoría pensáis que ser libre es hacer lo que te plazca, crees que no tener cadenas es lo mismo que no estar en la cárcel.
La libertad, amiga mía, no es otra cosa que decidir entorno a tu propio alrededor, asumiendo las consecuencias de lo que estás provocando, porque eres racional y conoces lo que estás haciendo en cada momento. No me digas que ser individual es ser todopoderoso con la naturaleza, porque aunque seamos independientes, vamos unidos a una sociedad y a una cultura que no elegimos y que nos exigen unas condiciones (normas) para poder establecernos en ella-.



Entonces, ella se me quedó clavada en la mirada mientras sonreía divertida. Miró el reloj de muñeca que poseía, y su rostro comenzó a cambiar hacia una expresión de preocupación. Se levantó lo más rápido que pudo, arrastrando la silla hacia atrás para no tropezarse con la mesa mientras me decía:

-Me has impresionado, y me está gustando la conversación, pero he de irme-.


-¿A qué viene tanta prisa? ¿Tus padres no te dejan estar mucho tiempo aquí?


-Oh, ¿mis padres? Que va, soy huérfana. Simplemente es que la gente no me quiere ver aquí. Algunas veces pienso que caigo mal, otras veces prefiero no pensar cuál es la causa por la que se mantienen negativos ante mi estancia en estos lugares-.


Y, de la forma más misteriosa posible y rápida, se fue con un "volveremos a vernos" entrecortado por el giro de media vuelta que dio para marcharse hacia, supongo, su hogar, el sitio donde poder tener un poco de intimidad, aunque ya hace tiempo que no tengo de eso. 
Tantas cámaras vigilándonos por simple seguridad, me parece curioso que siempre haya que elegir entre el sostenimiento de la estabilidad o el inicio del nacimiento de la libertad.

Puede que esa mujer, de la que no tenía ni idea de quién era, la conociera. Puede que esa mujer fuera la Razón. Puede que sea nuestra salvación, puede que me haya robado el corazón. Puede que toda esa conversación fuera un sueño más entre tantos que tuve durante la noche más apasionante de mi vivencia.

Puede que ella nunca sea bienvenida, o incluso puede que muchas veces duela verla, porque provoca ajustes. La mujer culta supo lo que es este mundo, y que parece que, por el tiempo que estuvimos hablando, me dio la razón acerca de su idea sobre el entorno que vemos en cada momento.

Puede que la vuelva a ver si sigo existiendo, negando paso por paso la ignorancia que provocan muchas personas cuando dicen que estamos en un planeta justo.

Puede que la Razón y la Libertad vayan unidas de la mano, y quizás por eso quiso estar conmigo, quizás, por ser su amor perfecto.




viernes, 4 de marzo de 2016

Cinco de la mañana

Son las cinco de la mañana, estoy despierto, pero no siento nada.
Es de madrugada, por la calle solo suenan mis pasos, mis andares, mis huellas y suelas, porque mis pensamientos callados se mantienen, a solas. Levantado estoy de piernas, pero caído por las tristezas, derrumbado por una derrota. Ya no hay gota de sangre en este corazón que palpita sin tener vida, ahora.