lunes, 12 de diciembre de 2016

Qué le pasa al mundo

Te despiertas como cualquier día por la mañana de la cama y notas algo distinto en el ambiente. Un olor claramente distinto al somnoliento y que va creciendo a cada instante. Las sábanas y mantas te atan cual circunstancia y esencia, sin dejarte vivir la vida de los vivos que no quieren quedarse dormidos. Una vez ganada la batalla, diríamos que nuestra persona ejemplar cogería el periódico diario como tradicionalmente se hacía y, de hecho, me gustaría que fuese así, pero ahora nuestro camarada alcanzaría su teléfono móvil y le echaría un ojo a las noticias vía Internet.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Desierto mojado

Noches frías, y cielos grises.
Vidas alegres, y no tristes. Más bien debería de ser así, así de simple.
Pero no se encuentra otra cosa que no sean pasos encharcados y los bordes de los pantalones mojados por charcos. El susurro del viento hace la calle más silenciosa, aunque sin él, el ruido no resurgiría.
Solo llueve, y no hay nadie.
El sonido de la lluvia amansa hasta a las fieras, ya que la ciudad se convierte en desierto por tan solo un cambio de tiempo, a pesar de que el tiempo siempre se esté moviendo.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Noche desértica

No es que sea un árbol, pero quise echar raíces.
No es que sea una planta, pero plantado me dejaron.
Es que soy un humano, que libertinaje no quiere.
Es que soy tan animal, que no supe ni razonar cómo.

Ya ni soy yo, pero tengo matices.
Me quise descomponer, y ahora soy muy simple.
No es que no quisiera saltar, es que me quedé atrás.
No es que no quisiera llegar, es que me faltaba aire para respirar.
No es que no supiera correr, es que ya ni podía andar.
Sentado me quedé observando, 
cómo la vida recorre su presente sin mirar a su pasado.

martes, 13 de septiembre de 2016

No sabéis nada

Sé que no voy a salir ilesa en mi intento de arreglar el mundo, sé que hay batallas que se luchan de piel hacia dentro. De alma hacia afuera, de hombros hacia arriba y cabeza hacia el suelo.
Sé que todo se está desmoronando, vivimos en un país que puedo calificar "de mierda" por las personas que lo habitamos, lo cómodas que estamos en nuestros sofás reivindicando cosas (cosas, cosas, y cosas, solo cosas. Nadie nunca habló de hechos ni actos dotados de cierta intelectualidad).
Un país donde no tenemos Gobierno desde hace casi un año y los políticos que pretenden formarlo siguen cobrando igual, todos y cada uno de ellos
Y, lo que hace preguntarme, que por qué nada ha empeorado si no hay nadie que lidere. A lo mejor es porque ya estábamos acostumbrados a ese vacío que nos supera y que nunca nos llena. A esos intentos de revolución que van a fracasar desde el primer momento porque la ilusión y las ganas forman parte del mismo cuento.
Acostumbrados a mirar y callar. A no saber leer. A predicar a la pared. A dar al que tiene. Al ser bueno con el malo. Al ser malo con el bueno. A mendigar material en vez de ideas.

Parece que la grandeza de este país se mide según cuántas cosas incoherentes realices a lo largo de tu existencia. Parece que nada perece y se desvanece. Que todo permanece.

Vivo en un país donde la gente no sabe escuchar y sigue anclada en conflictos que pasaron hace años, no somos capaces de ver el cambio y aprender de los errores cometidos, en España no existe la paz porque seguimos enfrentados por ideales, sin argumento ni lógica y con miedo, que no hacen más que alimentar el odio, en vez de aprender a escuchar y sacar lo bueno de cada uno.
Y no es el miedo que sale en las películas de terror o en las novelas de misterio. Es el miedo a algo peor que esto.

¿Puede haber algo peor para un ser racional que tener una sociedad inculta?

Vivo en un país donde se predica una cosa y se hace lo contrario, donde predicar algo es etiquetar o imitar a alguien, donde lo llevamos todo al extremo y cualquier matiz de cualquier cosa significa dañar a alguien.
Dañar a través de una red social, no vaya a ser que te vea la cara y sea alguien al menos con una cierta dignidad. ¿Qué nos queda? Ya ni la esperanza.

Vivo en un país donde eso de "educación pública y accesible a todos" no es más que un logo, un rótulo, donde tenemos que pagar verdaderos pastizales para poder estudiar, donde tienes que tener una maldita nota, un puto número, para tener acceso a tantas cosas.
Pura propaganda estatalizada donde nuestro grupo de ministros tan burócrata y subvencionado por lobbys hace todo lo posible por controlar, manipular y empujarnos hacia el lado de la mentira. Una verdad subjetivizada.  Una verdad universal llamada "broma".

Vivo en un país donde las camillas con enfermos se encuentran en los pasillos de los hospitales por falta de trabajadores y recursos en los mismos, donde tienes que esperar horas en urgencias, donde puedes morir esperando un tratamiento.
Un mundo en el que un continente con un determinado PIB per capita encuentra una vacuna al poco tiempo de que se exponga a una enfermedad, pero que nunca se dio cuenta de que llevaba cuarenta años existiendo al otro lado de la linea imaginaria que se dibuja en un mapa, y la no tan imaginaria valla con alambres y espinas.

Vivo en un país, donde importa más regalarle a un niño de once años un móvil que un libro, donde inflamos a nuestros hijos y alumnos a deberes, apuntamos a miles de actividades extraescolares y pensamos así que le estamos dando una buena educación.


Aunque ya nada importa. A todo le habéis quitado valor, sois los subastadores de nuestros derechos y accesibilidades, los vendedores de dignidades y los recolectores de dinero que quitáis a la fuerza y que luego usáis el eufemismo de "impuestos".

Ojalá fueseis una mafia, porque así habría alguien que os pudiera perseguir.
Pero, ¿quién podrá capturar al capturador?
No sabéis una cosa: no sabéis nada.



Realizado por: Sara Crispigni y Pablo De Lomas.

Podéis mirar cosas escritas por la autora aquí: http://mrssca.blogspot.com.es/

miércoles, 29 de junio de 2016

Necesitamos líderes

Entramos en un contexto donde toda acción, todo aliento tomado, toda palabra dicha, todo pensamiento en mente, puede tener una cierta relevancia.
Nos adentramos en unos tiempos donde el ahora quedó para luego y el hoy para el mañana.
Estamos sumidos y dormidos en un mundo que carece de sentido, y que se dirige hacia un abismo.

lunes, 9 de mayo de 2016

Novus Hommo

Se levantó.

Se levantó y vio el mundo que giraba a su alrededor.

El viento soplaba afuera como un niño al querer apagar las velas de la tarta, por tal de que su deseo tenga aún más fuerza. La luz de su cuarto tintineaba como resultado de las malas conexiones eléctricas de la zona de su habitáculo, además de estas mantas tan peludas, de las que se desprendía una vez dormido del calor que le ocasionaban.
El Sol, realmente, no sabía si brillaba, pero conocía que ahí estaba, puesto que las estrellas nunca mueren, porque dejan un letargo, una historia que los mueve.

Se alzó sobre sí mismo, puso el pie derecho (y no el izquierdo) por delante, y se sostuvo como pudo, a la vez que daba el primer bostezo de la mañana, y se estiraba sin saber con qué intención. Quizás era para calentar, y poder aguantar con más resistencia el día que acababa de empezar.
Solamente cuando salía de su habitación, se daba cuenta de que vivía completamente solo. Algunas veces pensaba en lo bonito que sería tener una familia, o, incluso, un animal de compañía. La soledad es como la felicidad, no eres consciente de ella hasta que no te paras a pensarla.

Salió, como de costumbre, de camino a la calle. 
Si, han oído bien: a la calle, a ninguna parte en concreto, a ver qué le esperaba hoy en su tan esplendorosa vida. Y es que nuestro amigo no trabajaba, no llegaba a formar parte de aquella llamada "población activa", que se desactiva cuando comienzan a laborar. Él, vivía de la caridad de las personas que se atrevían a dar una recompensa a un desconocido, a valorar una profesión que no tenía futuro ni legalidad.
Puede que no poseyera ningún empleo, pero esta persona era muy importante para su entorno. No siempre hace falta trabajar para una de esas gigantes multinacionales para sentirte realizado. No todos tenemos los mismos gustos.

Esta vez, se dirigía hacia el centro de la ciudad. Tenía una idea en la cabeza, de esas que suenan a locura, a utopía, que recuerdan a cosas imposibles, pero que la quería probar. Quería dar un mordisco a esa tentación en la que llevaba meditando varias semanas.  Estaba seguro de que ya era el momento de dar el paso.
Nuestro amigo quería hacer lo que le gusta, cumplir sus objetivos, y no ser uno más que aceptó dinero por rechazar sus sueños.

Se puso manos a la obra. Observar. Observar más. Mirar. Estar atento hasta del más mínimo detalle. Desarrollar tal sentido que ninguna bestia con una mutación pueda ser capaz de superarlo. Tener la mente y la mirada más pendiente que nadie se le atreva a decir que no vio la típica escena graciosa de la semana de la que siempre se habla entre personas de la misma clase social.

Él pensaba. Su creatividad  y su imaginación eran como dos poleas o dos tuercas que se disponían a circular sobre sí mismas y a funcionar como si formaran parte de una maquinaria que preparaba las materias primas, para luego mandarlas al proceso de fabricación.

Como un salvaje, escogió a su primera víctima: un hombre bastante mayor, sentado en el banco más viejo de la plaza, y que estaba dando de comer a unos bichos aéreos que otros prefieren conocerlos como  "palomas". Vestía una camisa un tanto arrugada, y unos pantalones que se encontraban manchados por las migas de pan, aunque él disfrutaba como un auténtico chaval alimentando a unos seres que no tenía el placer de, ni siquiera, haber oído sus nombres.
Unos, dirán que no puedes pasarlo bien con aquellos con los que aún no has empezado a hablar. Yo diría que aquel hombre jubilado parecía estar enamorado de esos bichos aéreos.

Nuestro querido camarada, siempre adoraba escoger personas dañadas por la sociedad. Porque, ¿qué ser humano no ha sufrido el desamparo y el abandono de otro?

Ya tuvo aquella experiencia del niño pequeño que no paraba de llorar, del adolescente que no cesaba de quejarse, o de aquel padre de familia, obsesionado con el peculio. 
Todos siempre querían algo a cambio. Vivían por y para ellos. Formaban parte de aquella gran especie desarrollada que era incapaz de mirar por el prójimo.

Tuvo ganas de matarlos a todos, de cometer en la plaza del ayuntamiento una matanza masiva que sería recordada durante siglos, como ese holocausto que sufrieron los cristianos a manos de los yahis, por medio de cámaras de gas y de campos de concentración, en los que era normal ver muertos por cada metro cuadrado que pisabas.
Pero, al mismo tiempo, nuestro compañero, de igual modo que los odiaba hasta llegar al punto de dejarlos sin ninguna gota de sangre, los amaba más que al Padre de los Dioses y a sus obras de arte, creadas y creándolas desde antes del año cero de nuestra era.
Y, como los amaba, no podía rechazar coger esos bloques de mármol, tan vírgenes y puros, y hacer de ellos grandes figuras que quedan grabadas en la memoria del asombro del novus hommo.
Parece que fue ayer cuando decidimos avanzar como especie.

Este hombre tan atrevido, se acercó a su objetivo, mientras iba recordando la planificación y los pasos que debía de seguir para que todo saliera a la perfección y jamás lo relacionaran con el caso.

-Bonito día, ¿no?-. Dijo nuestro compañero, al son que sonrió y decidió saludar al alimentador de los bichos aéreos. Como muestra de cortesía, el jubilado decidió llevarse la mano a la frente, para luego despojarse del sombrero tan abultado que poseía y que ocultaba parte de su rostro.

-Pues, si, aunque los he visto mejores-, respondió el hombre mayor, con un tono un tanto arrogante.

El camarada se quedó mirando al suelo, mientras se le vino a la cabeza una pregunta clave:
-Exactamente, ¿qué cree que hace que usted y yo tengamos la palabra "mejor" como un concepto que se asemeja al mayor rendimiento de la temperatura y del calor que desprende nuestra estrella?-.

-No lo sé, supongo porque a los novus hommo nos gusta que haya calor como para hacer la cena en medio del asfalto, o porque, quizás, ya nos hemos acostumbrado a ella, después de lo que pasó...-

El querido amigo nuestro no tenía más ganas de andarse con rodeos, y prefirió ir directamente al grano, para cometer el dichoso crimen.

-Mire, yo no sé qué le pasó a nuestro planeta, no sé mucho más de lo que me intento informar cada día y cada noche. Se que no me queda otra que hacerlo, porque puede que lo que hoy sea cárcel, mañana sea pena de muerte-.

Aquel jubilado, se quedó frío, y comenzó a temblar. Pensó que su juicio final se acercaba, y no paraba de sudar, sin poder llegar a pensar absolutamente en nada, a parte de en la acción de correr como instinto último de supervivencia.

-Estoy totalmente en contra de este partido, y de este gobierno. Nos tienen amordazados, sin ninguna libertad, atados, enfrentados, individualizados, enemistados, separados...
¿Cree usted que un "novus hommo" puede vivir sin poder decir lo que piensa? ¿Sin poder argumentar lo que le pasa en movimiento por su cabeza y por su mentalidad? ¿Sin poder expresarse? ¿Sin manifestarse? ¿Dejando a nuestra merced ser uno más de entre la muchedumbre andante que prefiere mirar esas pantallas sin pararse a pensar por qué pueden transmitir esas imágenes?
¿Se da cuenta de lo que están haciendo con nosotros? ¿Quién sigue teniendo un sueño que lo lleva a levantarse cada mañana y a acostarse cada medianoche? Creo que rechazamos ya tantos sueños, que, al final, caímos en coma-.

Fue volver a mirar a aquel hombre mayor, después de dejar de tener la vista perdida por la concentración que requerían aquellas palabras, y ver cómo ya habían llegado unos agentes de la felicidad, y se disponían a meterlo en aquel furgón, tan inmenso para un solo individuo, pero tan diminuto para el acto que había cometido.

Ojalá lo que hizo nuestro hombre estuviera permitido, pero ya dije antes que no era un trabajo su profesión. Más bien, tenía una pena que hasta se desconocía, de lo prohibida que estaba. Había desafiado la felicidad de la gente, y lo tenía que pagar muy caro.

Llevaba tanto tiempo en esto, que no podía imaginar que hubieran tardado tanto en capturarle. Quizás, fueron esos gritos silenciosos de pensamientos, pillados por los radares detectores de inteligencia, por lo que se dieron cuenta de su inercia.

Aún no sé qué le pasó a nuestro compañero, aunque intuyo que no nada bueno. Tampoco quiero contaros mucho, no vaya a ser que yo también corra el riesgo de una persecución de los agentes de la felicidad.

"Agentes de la felicidad", qué curioso, ¿no? Velan por la satisfacción de nuestra especie, cuando, al levantar un poco los ojos sobre las caras de la gente, nadie parece satisfecho.


Esto fue la crónica de una persona, que tenía nombre. Tenía, pero la borraron del mapa, del pasado y de la historia. Nunca existió, ni siquiera para él mismo, como el bienestar en los estados en los que no te puedes expresar.


lunes, 2 de mayo de 2016

Funcionarios, el problema de España.

¿Alguien alguna vez se han preguntado qué falla en este país?
¿Por qué somos tan improductivos? ¿Por qué tenemos fama de ser vagos?
¿Por qué se nos considera una patraña dentro  del  propio  sistema?
El por qué absoluto jamás lo podremos encontrar, ya que la verdad, de lo perfecta que es, es infinita.
Un por qué, que me llevó algún rato que otro pensando en mi habitación, podría ser la forma de cobro de los trabajadores españoles.
Y, vayamos al grano, más concreto, me dirijo hacia los obreros públicos.

Estos sin duda, tienen fama de no hacer absolutamente nada, de tener unas ciertas vacaciones al año, y un sueldo, más bien asequible.
Más que alguna vez habremos escuchado comentarios como: "El problema de España son los funcionarios" o "trabajas menos que un funcionario".
Sin embargo, las profesiones de las que se hacen cargo este conjunto de población activa son más que importantes para el funcionamiento de una sociedad, sobre todo, en el apartado de sanidad, educación y seguridad.

Firmemente, creo que deberíamos preguntarnos la cuestión de que, si es un trabajo importante y primordial, ¿por qué no es productivo?

¿Alguien se ha parado a pensar de qué forma cobran los funcionarios del Estado?
No me refiero si lo hacen en negro, por transferencia o declarándolo en Hacienda (cosa que es bastante principal, pero que no viene al caso).
Tampoco intento referirme a  que si cobran por horas, por días o por meses.

¿Sabéis lo que de verdad me interesa? Me llama la atención que todos, o que la mayoría de ellos, remuneren su sueldo sin ser a comisión, estando fijo y sin apenas moverse.

Lo primero de todo es: ¿qué significa que un trabajador tenga un sueldo fijo?
Según varios estudios, el sueldo fijo acaba, al contrario que un salario variable, disminuyendo la motivación del trabajador, haciendo que su productividad caiga en picado al ver que terminará obteniendo lo mismo, dando absolutamente igual la forma en la que trabaje y utilice sus herramientas para dar lo mejor de sí mismo.

Es lógica, ¿no? Si tienes una empresa, en la que dos trabajadores tienen la función de realizar informes, su productividad estará relacionada con la rapidez con la que rellenen esos papeles.
Pero, ¿qué pasa cuando solo se paga el trabajo efectuado y no la productividad del mismo?
Supongamos que estos dos compañeros (1 y 2), cobran a sueldo fijo. Además, uno de ellos (el 1)  es muy trabajador, y siempre da lo mejor de sí, Mientras, el otro (el 2) se limita a efectuar la tarea mínima.
¿Veis normal que esas dos personas vayan a obtener exactamente la misma recompensa?

Lo peor no es el acto de justicia no realizado, lo peor podrían ser las consecuencias de dicha situación. Si el trabajador 1 ve que, por mucho que se esfuerce, jamás se lo compensará la empresa, llegará el momento en el que esta persona deje de ser tan productiva como lo era al inicio de comenzar su etapa en el negocio.
El trabajador 1 se vería sin motivación, sin esperanzas de futuro, y, por lo tanto, acabaría imitando la conducta de nuestro compañero, el trabajador 2.

El resultado del trabajo a sueldo fijo (en este caso): una empresa con menos beneficios, y unos trabajadores sin ganas de seguir ascendiendo en su escala social por medio del trabajo.

Ahora es cuando pregunto, ¿y si es esto lo que les ha pasado a los trabajadores públicos españoles?
Tan sencillo es como pagar más al que más obra, que menos al que menos trabaja.

Sin embargo, sabiendo que esto extermina las ganas de trabajar y la competencia, no lo tenemos en vigor. ¿Una razón? Pues no lo sé, desconozco la causa de que estas personas con profesiones pertenecientes al sector público cobren exactamente lo mismo, dejando a un lado la importancia de si labora con más o menos ganas.

Soy de esas personas que piensan que el esfuerzo ha de premiarse, por ética, por justicia, por moral y por psicología. Es una forma de "premiar" a las personas y de poder organizar de forma jerárquica a los trabajadores de una localización exacta.

Eso sí, tampoco convirtamos esto en una empresa de aseguradoras,  donde más de una vez he oído que ponen metas carentes de realismo que se han de cumplir para poder seguir perteneciendo a la compañía. Una cosa es exigir un esfuerzo, y otra formar un abuso totalmente descabellado.
No confundamos premiar con hacer de un trabajo un infierno.

Por último, me gustaría recalcar un factor clave a la hora de imponer un sueldo variable o a comisión: esa es la razón o el motivo que llevaría a medir la productividad en un sentido positivo tanto como negativo.

En el ejemplo de los trabajadores que rellenan informes, es fácil saber cómo se podría decir que uno trabaja mejor que otro. Pero, ¿como diríais que un profesor es mejor que otro? O, ¿cómo un médico es más profesional que los demás?

Es una tarea difícil saber si un maestro te enseña más que otro, o si un médico ha satisfecho tu duda acerca de la salud, sobre todo, cuando no eres ni un alumno ni un paciente.
Esa hipótesis me lleva a pensar que se podrían realizar diversas encuestas, donde se exponga la opinión propia y el pensamiento de las personas que han contratado el servicio de ese trabajador (por ejemplo, un alumno).
Eso sí, si ponemos estas encuestas de forma anónima, los clientes (y sobre todo los estudiantes) acabarán por no tomarse en serio una acción de la que depende el sueldo del obrero que les ofrece los servicios.

Además, el gran fallo de esta teoría última, sería el gran coste que las encuestas supondrían para el Estado (recordemos que estamos hablando de oficios públicos), ya que, tendría que contratarse a ciertas personas para que laborasen intensamente en el cumplimiento y la puesta en marcha de las dichas muestras.

Son teorías muy hipotéticas a las que hay que seguir dándole vueltas y pensar en ellas como si no hubiera mañana. Al menos, seamos positivos, puede que haya estrechado el círculo del gran problema de España, que no son los funcionarios, sino su productividad.

Por lo menos, conformémonos con que hemos encontrado un problema que podemos solucionar.






jueves, 28 de abril de 2016

Raros


Te golpeo, y no volverás a hacerlo.
Te dejo en el suelo, y yo sin remordimientos.
Te ataco y acribillo, con disparos de silencio.
Te asfixio, sin usar ningún vocablo.

Hombre que aprende a ser fuerte,
teme que todos se rebelen en su ser,
entiende que no todo es tener poder,
y achaca con su callar impertinente.

Son mudas frases que rugen buscando un oyente.
Son callares que intimidan hasta al más resistente.
Es lo que oyes cuando estás solo. Cuando, 
te dicen que el dolor se irá dentro de poco.

Es el sentir de toda una especie,
que viene y va sin estar ausente.
Es lo que escribo, que lo siento dentro, tan dentro,
que esto es como un puñal que sale del fondo.

Honda es la violencia que se emplea.
Profunda y densa es la marrón tierra.
No sabéis lo que es ver, que contigo no cuentan.
No podéis apreciar esta belleza, 
de sufrir porque con el resto no encajas.

Son golpes que se asemejan,
escozor del aguijón de abeja,
que tengo corriendo por venas.
La rabia que me llega, y no se va.
La tristeza que me da, y no cura.

La noche es mi hogar, me ayuda a camuflar,
mi cara y mi andar. Me guían para tocar,
el alma y mi música. Mi voz que se alza,
para llegar a alcanzar, la integridad con los demás.

Si escribo con faltas de ortografía,
es porque fallo en las acciones del día.
Quiero que se me vea humano, y no idílico.
Quiero que la gente me vea uno más y no inhumano.
Quiero que vean que soy normal, y no un monstruo.

El llanto es el pájaro que se esconde entre las ramas.
Se llega a oír, pero no a apreciar.
Quizás, porque puedes saber alguien como está.
Pero no preguntas, porque mi vida no te interesa.
Quizás porque no se oye intensamente el llorar.

Unos prefieren decidir morir,
sin el elixir del resistir al vivir,
sin la elegancia de la diferencia.
Sin la arrogancia yo venía de la existencia,
pero solo encontré aferrados egoístas,
dispuestos a cargarse esta realidad inmensa.

El sistema es la caja de engranajes que funciona,
con el movimiento constante de las agujas,
que no cesa, para, ni se detiene. Solo se erosiona.
Humanidad que hace heridas con palabras,
y que luego se va preguntando qué iba mal.

Es la paradoja que a algunos reconforta,
Es el camino que escogen unos, y que toman otros.
Es el tabú del desprecio y ser insensible.
Es lo que hacen de forma inconsciente.
Es la marginación hacia quiénes no tienen dueños.
Son tan únicos, que nadie les domina.
Son raros, somos. Y nos hacen daño,
quieren vernos, debajo del subsuelo.
Yo soy yo, y tú eres como el resto.
Yo soy independiente, y tú un muñeco.


domingo, 24 de abril de 2016

Puede


Puede que sea mal ejemplo,
puede que nunca hoy sea ayer,
puede que ayer ya sea tarde,
puede que la vida te trate a palos.
Puede que no consigas rendirte

sábado, 16 de abril de 2016

Mi anarquía

No encuentro mi sitio, todo es un oasis, perdido en un éxtasis.
El énfasis de poner etiquetas no me convence,
y es que, para mí, la vida, y no yo, es la única que envejece.
La antítesis de esta tesis doctoral,
plasmada en esta instrumental,
sin música, es que, puede que me hice hombre en base,
a vender a quiénes quisieron comprar el alma que me entristece.

Soy artesano de la calma,
en proclamar mi anarquía,
ese rato revolucionario de utopía,
que dura menos de un día, 
determina mi filosofía,
se convierte, a veces, en guía,
como Cleopatra, en sus tiempos, en Alejandría.

Puedo ver carencias donde hay ciencia, 
puedo detener las cosas atando su inercia.
Capaz soy de amar cuando solo existen bestias a dispar.
Tengo ejemplos mentales,
poseo miradas inmortales,
letales, cobardes y espirituales.
Mantengo mi cuerpo inerte,
a la vez que soledad acecha en el presente.

Solo me arrodillo ante dioses,
como mi parnaso, lleno de mentes,
Lorca, Machado, Hernández, Bécquer,
Neruda, Cernuda, Aleixandre, Jiménez.

Les ruego mis plegarias,
con este texto sagrado,
lleno de tinta derrochada,
en un folio nunca amado.

Y, cómo explicarte que me gustan los terremotos.
Vibraciones, impulsos, sonidos, que son arte.
Cómo decirte que mi expresividad no tiene fondo.
Creo, escribo, leo, recito y toco, sin ya mirarte.

Soy un te quiero olvidado, de esos,
que duelen, tan solo de escucharlos.
De esos, que no cicatrizan nunca,
ni con alcohol echando en herida.

Es mi anarquía, es mi momento.
Es el segundo eterno, sin lamento.
Es mi libertad, mi bandera, mi reina.
Es lo que llevo dentro, tan dentro, 
que me premia con solo tenerla.

Aprovecho cualquier bruma en mi cielo,
para decirle cuatro cosas a los versos.
Esto se convierte en una misa,
pero, esta vez yo sí tengo prisa,
en poder llegar de una vez al infierno.

Quiero que mi palabra sea la antorcha que alumbre la nada.
Quiero convertirme en luz y viajar más rápido que nadie.
Sueño con aferrarme a la poesía como diéresis a cada vocal.
Sueño con encontrar el amor verdadero y guardarlo bajo llave.

Puede que lo consiga, o puede que no.
Pero "abandonar" no está en mi diccionario.
Hago música para sordos, escritura para ciegos.
¿Crees que no haré pensar a tontos?
¿Piensas que esto es todo?

Perdonad por ser un desastre,
es que, lo que conoce el hombre,
lo destruye sin miramientos.
Y, puede que esto sea mi anarquía,
sin rey ni monarquías absolutistas.
Pero tiene mandamientos:
Ser feliz ante lo adverso, el primero.
Y, tener al tiempo de amigo imaginario.










domingo, 10 de abril de 2016

Un tesoro

Yo y Pablo estábamos caminando por el parque de siempre, tan tranquilos. Con nuestras cosas, nuestros asuntos, nuestros quehaceres y nuestros temas. Tan divertidos como unos, tan absurdos y aburridos como otros. Tan genuinos, y tan ingenuos.
Nos conocíamos, prácticamente, desde que nacimos, aunque siempre demostramos ser bastantes diferentes.
A él le gustaba el fútbol, ver la tele, y estar con chicas. A mí, a mi me gustaba escribir, recitar y tener algunos momentos que otros de soledad.

domingo, 3 de abril de 2016

Soy culpable

*Al final del poema encontraréis el vídeo donde se recita el texto


Hay veces que quieres que vuelva el pasado.
Pero ves un futuro tan cercano,
que prefieres pájaro volando que en mano.

Existen ocasiones donde los recuerdos vuelven sin ser llamados.
Y, aunque no tengan nombre, tú los quieres como a hermanos.

Es un estado emocional que proclama el llanto.
La guerra psicológica ha empezado.
Soltando el dolor, el primer disparo.

La música recorre tus brazos,
es lo que en silencio guardo.
Es la química de los amantes olvidados,
es el amor que un día no quiso ser falso.

Estoy en esos momentos en los que deseas ser aniquilado.
Te quedas callado, esperando a que pase el tiempo,
mientras el reloj duerme y padece en su letargo.

Porque el tic tac es un no parar,
una forma de gobernar,
Ministros como las horas.
Años como líderes del régimen dictatorial.

Y, si el camino es largo,
prefiero andarlo como,
la montaña que se esconde del atardecer lejano.
Quiero ver el final con mi sombra en un acantilado.
Me desprendo de las excusas que me alejen del miedo,
de la prisa, y del apuro que supone vivir entre unos muros.

El temor que supone vivir entre unos labios que no sean los tuyos.
El abrazo sin cariño que me tienta a abandonar la existencia en un segundo.

Es de noche, el Sol ni se digna a aparecer,
y, por eso, estas fueron para saber qué hice bien.
Teniendo de testigos al sueño y al pensamiento que no es zapato que se ata al pie.


Perdonar y agradecer, los verbos retorcidos que implican compromiso hacer
Las acciones de la vida que nos guían como a un ángel sus alas.
De fantasía son los versos que te quise escribir un día,
pero ahora solo te recito el humo que fumo en mi melancolía.

No sé qué pretendes, si la pluma la usaba como arma arrojadiza,
teniendo palabras que forman una bomba explosiva.
Inflamable, como un cóctel Molotov que se asocia a mi mente retorcida. Ese soy yo.

Aterroriza. Y mi imaginación es el avión que aterriza,
después de haber bombardeado países más grandes que Siria.
Han matado civiles que ven muertes,
en sus chozas, que en ellas, fuego prenden.

Aún así, no soy culpable,
por haber asesinado algún que otro amor en mi propio inconsciente.
Soy culpable por haberte amado lo suficiente,
por haber derrochado tanta suerte,
por decir que te marchases cuando quería que te quedases,
y por hablar de 'nunca' cuando era un para siempre.

Me quedaré mi nueva teoría planteando,
cómo es que pudimos vernos sin un beso, de por medio.
Cómo es que pudimos amarnos sin soltar un "te quiero".
Cómo es que nos volvimos orgullosos rechazándonos el uno al otro.
Cómo es que te sigo deseando, pero la verdadera forma de amar,
para mí ya se convirtió en la libertad,
porque ya no quiero esclavizarme por nadie más.

Aún así, sigo teniendo dueño,
el corazón, que se digna a dirigirme para cumplir un sueño:
envejecer junto a la persona que amo y amé en su momento.



*Por si tenéis problemas para ver el vídeo: 





miércoles, 30 de marzo de 2016

El rapto de Europa

El rapto de Europa, un cuento mitológico donde el dios todopoderoso Zeus se hacía pasar por un mamífero con cuernos con la intención de poder acercarse a Europa, una mujer fenicia, de bellos andares y preciosas curvas, que sacaban de quicio hasta a los malechores.
El dios griego, cuando ve que tiene a dicha fémina en su circunstancia, decide llevársela y raptarla para poder darle todo el amor que antes solo podía imaginar.

Aunque, no es esa historia de la que vengo a hablar. Vengo a hablar de actualidad. No voy a dar la chapa. No vengo a contar narraciones de hace más de dos milenios, ni a intentar apreciar un arte griego o latino que parece que va decayendo en interesados.

No vengo a hablar de una mujer, vengo a hablar de todo un continente, de unas fronteras que parece que se están intensificando mientras, desde otro punto de vista, se están rompiendo y esfumando como el humo.

viernes, 25 de marzo de 2016

Oferta de trabajo

Le llegó, le alcanzó esa oferta de trabajo.
Al fin comprendió que debía de machar,
a pesar de que antes necesitaba emplear,
algún que otro esfuerzo proveniente de sus bajos.

lunes, 21 de marzo de 2016

Leve instante

*Al final de la publicación encontraréis la recitación de la misma



Fue durante un leve instante,
como notaba la pureza del diamante,
hecha carne y hablando con voz suave.
Fue un segundo, cuando te vi desnuda sin desnudarte.

jueves, 17 de marzo de 2016

Me considero alguien fuerte


*Al final de la entrada encontraréis el vídeo correspondiente a la recitación del poema.




Me propongo a pisar fuerte,
pero hay piezas que duelen,
hay partes de mí que se detienen,
porque de la vida ya se fiaron,
demasiado, y de los días no,
confían. De juzgas se cansaron.

Me estimulo, y pienso que hay algo mejor.
Creo, que ya nada puede ir peor, ya no.


sábado, 12 de marzo de 2016

No se de qué va todo esto

Soy de esas personas que tienen mucha creatividad, y pocas ganas al mismo tiempo. Mucha pereza, y mucha inteligencia. Es la inercia que hace que siga moviéndome en lineas redondeadas, para seguir escribiendo en algo más que no sean letras sin sentido en unas páginas. Si pudiera escoger la frase de mi lápida, sería: "Aquí no hay nada que ver. Aquí, hay mucho que leer".

martes, 8 de marzo de 2016

Unidas de la mano

Anoche, tras la cena, se me acercó una persona muy misteriosa. Era una mujer con el rostro demasiado limpio de espinillas, una mujer con unos ojos, que hacían que pudiera verle el alma. Con un cuerpo tan esbelto que hacía equilibrar todas las balanzas.
Me ocasionó un gran impacto que se sentara conmigo y me dijera su nombre, aunque, a día de hoy, no lo recuerdo. Pero creo sinceramente que el nombre no es lo más importante de las personas, los nombres son solo letras conjugadas que tuvieron significado en su origen. Ahora, son solo palabras sin sentido que marcan nuestra seña de identidad. Qué incongruencia, prefiero decir quién soy por mis ideas.

Después de tantas presentaciones, de que dijéramos nuestro hogar natal, de lo que estábamos estudiando, de nuestra edad y sobre cómo nos habían ido los exámenes, empezamos una conversación que cambió naturalmente el curso de mi forma de pensar. Y, realmente, no fue para tanto.


-Dime, ¿qué piensas de la vida?-, me preguntó.


-Sinceramente, no se por qué estamos aquí, me limito a vivirla-.


-Define eso de...vivirla-.


-Somos seres humanos, ¿no?-, afirmé mirando fijamente los ojos de ella.


-Claro, nadie lo duda-.


-Pues, si nadie lo duda, para mí, vivirla es pensar. Para mí vivir es encontrar esa felicidad que aparece cuando eres sabio, es apreciar la libertad desde un punto de vista aún medio animal, creo que es ver lo que te rodea, observándolo con detalle, y elaborando conocimientos sobre cómo cambiarlo a tu gusto. Desde mi opinión, vivir es eso, razonar-.


-Estoy de acuerdo en todo, menos en una cosa-, dudó murmurando en voz baja como si se tratara esto de una obra de teatro, donde huimos de los malos, y nos escondemos para fingir que la muerte no viene hacia nosotros, con sed de venganza, por olvidarnos de ella en cada instante.


-Cuéntame-, comenté entusiasmado.


-Pues...no estoy de acuerdo en que seamos libres-.


-¿Cómo que no?-. Mi cara de sorprendido se atenuaba con el paso de las décimas y segundos. Para mí, eso era una idea tan clara que jamás podría haber imaginado que alguien me lo negara, que alguien me dijese que nuestra esencia no iba unida a nuestro ser. No podía tolerar que alguien me lo discutiera.


-Te veo demasiado estupefacto. Bueno, pues voy a dejar que me sueltes un argumento, a ver si consigues convencer a este papel en blanco-.


Mi seriedad comenzaba a alzarse contra su expresividad dubitativa y su actitud un tanto incomprendida.
-El ser humano es libre porque le ayudó a sobrevivir, simplemente-, añadía.


-Concreta eso-, me respondía.


-Si estás de acuerdo conmigo en que pensar es importante, ¿cómo vas a pensar si no eres libre? ¿Cómo vas a tomar decisiones si no tienes la capacidad de poder tomarlas? ¿Y cómo vas a tomarlas si no tienes la capacidad siquiera de poder pensarlas? Es aquí, amiga mía, cuando la libertad y el pensar van unidas de la mano, al igual que una tinta y un bolígrafo, que se complementan el uno al otro, pero que solos, no son nada.
Dime, cómo hubiéramos sobrevivido si no se hubiera inventado toda la industria que tenemos a las espaldas de nuestra historia. ¿Insinúas que los inventores hicieron esas invenciones sin ser realmente libres? ¿Lo hacían por instinto, quieres decir? No lo creo, tuvieron la capacidad de razonar y de tomar decisiones pensando, y eso solamente nos ocurre si somos libres. Aunque, a lo mejor nuestro instinto nos guía siempre a ser libres. Eso solamente ocurre cuando podemos ver más allá de lo que podemos llegar a observar, cuando dejamos de ser animales y somos humanos por tan solo un momento-.

-De acuerdo, te creo y me has convencido en esto-, me dijo ahora más aliviada y calmada.
-Pero, mira a tu alrededor, ¿crees que las personas de aquí y ahora son libres?. Yo pienso que no saben lo que es la libertad, pienso que se creen más independientes de lo que son en realidad.


-Claro, y es cierto- le dije.
-Dime, ¿acaso te crees que en un sistema corrompido, las personas pueden llegar a oler la libertad? Puede que haya libertades colectivas, de derecho de reunión, del derecho a opinar. Aunque, ¿acaso existe el derecho a huelga de forma individual?-


-Pues ahora que lo dices...-


-Claro que no existe. Mira, no niego de que haya una serie de libertades y de derechos, pero la mayoría son colectivos. La mayoría no cuenta con su propia libertad individual, no cuenta con una cierta independencia que le otorgue moverse en su circunstancia-. 

-De acuerdo- 
-Sin embargo- añade -hay algo que no logro conectar demasiado bien. No niego que seamos libres, pero, ¿no piensas que todo lo que nos rodea, es decir, nuestro entorno...-

-O circunstancia...-, le corregí.


-...bueno eso, ¿no piensas que ya está todo predeterminado? ¿No estás de acuerdo en que incluso nuestro hogar, nuestro colegio, nuestras primeras amistades, están decididas por un azar (que algunos llaman destino) totalmente atado a nosotros? Si fuésemos libres, podríamos cambiarlos también, ¿no?-


-Te pasa lo mismo que a todos-, le dije en un gesto serio mientras al final de la frase solté una carcajada irónica.

-¿A qué te refieres?-


-Tienes, y tenemos, un problema de conceptos. Queremos opinar de algo pero no sabemos ni definirlo, queréis hacer un castillo con ladrillos y teniendo al aire como cemento, ¿no te parece algo totalmente ignorante e incoherente?


-Perdona, pero yo se definir la palabra "libertad"-. Sus palabras ya me transmitían algo de inseguridad en cada tono que empleaba.


-No, no lo sabes. Te crees que la libertad es la omnipotencia. Tú y la mayoría pensáis que ser libre es hacer lo que te plazca, crees que no tener cadenas es lo mismo que no estar en la cárcel.
La libertad, amiga mía, no es otra cosa que decidir entorno a tu propio alrededor, asumiendo las consecuencias de lo que estás provocando, porque eres racional y conoces lo que estás haciendo en cada momento. No me digas que ser individual es ser todopoderoso con la naturaleza, porque aunque seamos independientes, vamos unidos a una sociedad y a una cultura que no elegimos y que nos exigen unas condiciones (normas) para poder establecernos en ella-.



Entonces, ella se me quedó clavada en la mirada mientras sonreía divertida. Miró el reloj de muñeca que poseía, y su rostro comenzó a cambiar hacia una expresión de preocupación. Se levantó lo más rápido que pudo, arrastrando la silla hacia atrás para no tropezarse con la mesa mientras me decía:

-Me has impresionado, y me está gustando la conversación, pero he de irme-.


-¿A qué viene tanta prisa? ¿Tus padres no te dejan estar mucho tiempo aquí?


-Oh, ¿mis padres? Que va, soy huérfana. Simplemente es que la gente no me quiere ver aquí. Algunas veces pienso que caigo mal, otras veces prefiero no pensar cuál es la causa por la que se mantienen negativos ante mi estancia en estos lugares-.


Y, de la forma más misteriosa posible y rápida, se fue con un "volveremos a vernos" entrecortado por el giro de media vuelta que dio para marcharse hacia, supongo, su hogar, el sitio donde poder tener un poco de intimidad, aunque ya hace tiempo que no tengo de eso. 
Tantas cámaras vigilándonos por simple seguridad, me parece curioso que siempre haya que elegir entre el sostenimiento de la estabilidad o el inicio del nacimiento de la libertad.

Puede que esa mujer, de la que no tenía ni idea de quién era, la conociera. Puede que esa mujer fuera la Razón. Puede que sea nuestra salvación, puede que me haya robado el corazón. Puede que toda esa conversación fuera un sueño más entre tantos que tuve durante la noche más apasionante de mi vivencia.

Puede que ella nunca sea bienvenida, o incluso puede que muchas veces duela verla, porque provoca ajustes. La mujer culta supo lo que es este mundo, y que parece que, por el tiempo que estuvimos hablando, me dio la razón acerca de su idea sobre el entorno que vemos en cada momento.

Puede que la vuelva a ver si sigo existiendo, negando paso por paso la ignorancia que provocan muchas personas cuando dicen que estamos en un planeta justo.

Puede que la Razón y la Libertad vayan unidas de la mano, y quizás por eso quiso estar conmigo, quizás, por ser su amor perfecto.