sábado, 16 de abril de 2016

Mi anarquía

No encuentro mi sitio, todo es un oasis, perdido en un éxtasis.
El énfasis de poner etiquetas no me convence,
y es que, para mí, la vida, y no yo, es la única que envejece.
La antítesis de esta tesis doctoral,
plasmada en esta instrumental,
sin música, es que, puede que me hice hombre en base,
a vender a quiénes quisieron comprar el alma que me entristece.

Soy artesano de la calma,
en proclamar mi anarquía,
ese rato revolucionario de utopía,
que dura menos de un día, 
determina mi filosofía,
se convierte, a veces, en guía,
como Cleopatra, en sus tiempos, en Alejandría.

Puedo ver carencias donde hay ciencia, 
puedo detener las cosas atando su inercia.
Capaz soy de amar cuando solo existen bestias a dispar.
Tengo ejemplos mentales,
poseo miradas inmortales,
letales, cobardes y espirituales.
Mantengo mi cuerpo inerte,
a la vez que soledad acecha en el presente.

Solo me arrodillo ante dioses,
como mi parnaso, lleno de mentes,
Lorca, Machado, Hernández, Bécquer,
Neruda, Cernuda, Aleixandre, Jiménez.

Les ruego mis plegarias,
con este texto sagrado,
lleno de tinta derrochada,
en un folio nunca amado.

Y, cómo explicarte que me gustan los terremotos.
Vibraciones, impulsos, sonidos, que son arte.
Cómo decirte que mi expresividad no tiene fondo.
Creo, escribo, leo, recito y toco, sin ya mirarte.

Soy un te quiero olvidado, de esos,
que duelen, tan solo de escucharlos.
De esos, que no cicatrizan nunca,
ni con alcohol echando en herida.

Es mi anarquía, es mi momento.
Es el segundo eterno, sin lamento.
Es mi libertad, mi bandera, mi reina.
Es lo que llevo dentro, tan dentro, 
que me premia con solo tenerla.

Aprovecho cualquier bruma en mi cielo,
para decirle cuatro cosas a los versos.
Esto se convierte en una misa,
pero, esta vez yo sí tengo prisa,
en poder llegar de una vez al infierno.

Quiero que mi palabra sea la antorcha que alumbre la nada.
Quiero convertirme en luz y viajar más rápido que nadie.
Sueño con aferrarme a la poesía como diéresis a cada vocal.
Sueño con encontrar el amor verdadero y guardarlo bajo llave.

Puede que lo consiga, o puede que no.
Pero "abandonar" no está en mi diccionario.
Hago música para sordos, escritura para ciegos.
¿Crees que no haré pensar a tontos?
¿Piensas que esto es todo?

Perdonad por ser un desastre,
es que, lo que conoce el hombre,
lo destruye sin miramientos.
Y, puede que esto sea mi anarquía,
sin rey ni monarquías absolutistas.
Pero tiene mandamientos:
Ser feliz ante lo adverso, el primero.
Y, tener al tiempo de amigo imaginario.










No hay comentarios:

Publicar un comentario