domingo, 20 de diciembre de 2015

Nuestra salvación

Dicen que solo hay una única, pública verdad, que se trata de escupir la realidad sin ser visto, ¿y luego nos crucifican como a Jesucristo? Filosofía que trata a la vida como algo irónico, más cierto que un abogado defendiendo algo lógico. Otros no tienen ética ni desean tenerla, ¿para qué nos sirve si el dinero manda sobre la experiencia?

Ni la economía decide sobre la política ni la misma sobre los derechos, es un hecho, soy políticamente incorrecto. Dejémonos de bromas y asaltemos el Congreso, ah es cierto, que nuestro gobierno democrático tiene miedo al progreso y por eso nos manda al ejército. No hay tantas armas para una población entera, ellos tienen fuego pero nosotros tendremos ideas.

Ciencias con más química que un trozo de dinamita, ahora parece que sentir amor es un milagro. Qué agobio, el pensar que aprendimos a curar pero no a mostrar sentimientos.

Matemáticas que lo calculan todo, incluso el momento en el que me encuentro. Tarde o temprano dirán que el derecho a la vivienda es un cálculo absoluto medido con ángulos.

Historia, de una sola perspectiva, la de los gobernantes, ya que lo que opinaba un campesino de poco importa, de poco nos sirve. El jornalero no ponía las fronteras, aun así, las defendía. Ahora es cuando le toca el turno a la literatura, todo lleno de memoria, el análisis es una tontería. Es mejor quitarte tiempo con datos innecesarios, y que no leas libros que podrían ser de tu provecho. No le demos utilidad al conocimiento, de nada sirve si la sociedad es menos sabia que el acto de dormir sin tener sueño.

Geografía, que consiste en aprenderte sistemas montañosos, países, capitales y banderas. ¡Qué idiotas fuimos al pensar que eso es todo lo que nos representa! Sabemos menos que primates, pero nos creemos líderes entre intelectuales.

Que asco cuando veo física, tantas fórmulas y que no te digan para qué usarlas. Me encanta que midamos el movimiento y las formas, lo triste es cuando todo desaparece y solo quedaron números en la calculadora. Vamos a hacer sintaxis, porque resolver la crisis va para aquellos que se quieren romper el coxis, o para los que saben mentir. Y este parece el elixir, reír distraídos mientras otros saquean el país.
Luego, memorice todas las leyes del Estado, porque cambiarlas es de privilegiados. A esto le llaman derecho, pero nuestros derechos se quedaron olvidados en papel mojado.

Después trata de encontrar trabajo, cogerás la baja cuando te enteres que no hay sitio ni en el metro para tocar el contrabajo. Otros te dicen que seas emprendedor, innovador y creativo, pero, ¿si no tengo ningún euro cómo quieren que sea empresario? Explotando entonces, ahogando más a las personas que a los números. Y luego que me juzguen, que mi político favorito comprará a los jueces.
Pidamos becas para aprender, en este caso. Pero hacen caso omiso a la llamada del estudio. Es un paso en falso, no dar recursos a los colegios pero sí a los bancos.

Volvamos a la base, a quejarnos de  las clases, porque pienso que la memoria no es un buen método, es un disparate. Todos a la calle, a reflexionar (¿a votar?), a pensar en algo más que no sea en el ocio ni en el vicio. A filosofar. Cojamos más prácticas y menos exámenes, hagámoslo más ameno, ahora parece que los niños se quieren pegar un tiro en la frente.

Porque opino que todo debería tener un comienzo y esa es la educación, aprovechar el conocimiento para cuestionar y doctrinar a la razón, y, estoy seguro, de que sería nuestra única salvación.







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