lunes, 22 de febrero de 2016

Declaraciones de guerra

Ojalá alguien venga a dormir conmigo,
siento decirlo, amor mío.
Para que me quite este frío,
y haga de mi cama,
y de mis sábanas,
un lugar menos vacío.

Un mundo más habitado, 
y menos dormido.
Un territorio activo,
preso de vivencias, y de los míos,
porque, de otros ya, no me fío.

Ya que no soy un crío,
me guío por instintos,
improviso. Hubo sueños,
que se quedaron en olvido.
El ayer ahora es pasado,
el presente se vive con lujo,
porque morir ya no es tan futuro,
como cuando éramos pequeños.
Se acaba el flujo.

Ya no quiero 
ser un héroe con capa, volando.
Mirando a los cielos, diciendo,
que quiero salvar a damas en apuros,
y tener un beso de recompensa,
para luego no volver a ver a esas princesas.

Ahora deseo ser una persona
libre de trabajo, salir de la oficina,
y conocer algo, o a alguien allí abajo.
Estando libre de amenazas,
de despidos, a destajo.

Se creen que por tener dinero, mandan.
A esos les digo: ¡y un carajo!
Me explotan y nos desangran.
Vamos, dime qué hago.

Y este dolor, que tengo en el pecho, 
angina que saca armas en despachos.
Disparan y matan con bolígrafos.
Son metrallas que fabrican despedidos.

Son declaraciones de guerra,
y no de una amistad universal,
las que se firman cuando no hay beneficios.
El sacrificio no importa, solo los billetes y el oficio.

Es aquí cuando insisto,
esto es un chiste más absurdo,
que poner a personas antes que a números.
Además de que me obligan a ser superficial.
Contrato a empleados por físico,
y no por currículum ni carreas.
Dejo a gordos en el paro,
y a fuertes en gimnasios.

Quiero el regreso del peso
que me haga libre, y no preso.
Y convierta, haga,
al mundo en un progreso.
Mientras, hay exceso de personas,
sin neuronas, pero con cerebro.

También, hay sexo sin amor,
y sesos arrojados al fuego.
Herencia de una sociedad,
que deja tantos pecados,
incontables, ya yo me rindo.
donde todo aparenta ser una apariencia,
que no es, ni mucho menos, la esencia.

Pútrida realidad podrida,
manzana del árbol caída.
Ya no hay mujeres ahora,
a quiénes echar la culpa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario