domingo, 7 de febrero de 2016

Homenaje de tierra

Vamos a hacer un brindis, viejo amigo,
salud para todos, aquí no hay enemigos,
que el olor de azahar que te recorre por primavera,
sirva como aroma a este homenaje de mi tierra.



Te debía un par de versos, mi hermano,
nos separa este ser tan cruel, el destino.
Hace que nos veamos en recuerdos,
pero que tú me viste crecer, es algo que no olvido.

Memorizo los brazos con los que me cogías,
los ojos que me ponías, las ropa con la que te vestías.
Que incluso en un domingo lluvioso, sonreías.
Ahora te pregunto que será de ti, mi eterno guía.

Fuiste mi faro, mi complemento,
el motivo de mis esfuerzos,
eres el ser al que represento.
Eres el truco de magia que nunca descubro, eres mi mundo.

Eres mudo, pero la piel de gallina dejas cuando hablas,
eres ciego, aunque todo lo ve, de pie, tocando palmas.
Eres nada y eres íntegro al conjunto, eres esa lata de hojalata,
a la que le doy una patada con cariño, para huir del planeta.

Tengo frío en el momento en el cuál te veo,
calor siempre cuando te echo de menos,
húmedo me vuelvo al rozar tu tacto y tu olor,
seco me deja alejarme de la esencia de tu voz.

Qué arte tienes y qué bien te disfrazas,
otras veces te arreglas y pareces santa,
promiscua de deseos te vuelves,
cuando en tu pecho mariposas vuelen.

Te gusta el fútbol, el flamenco, la inquietud,
me encanta que estés siempre con esa actitud,
rebelde, bipolar, viva, vacía y llena de copas en feria,
loca y divertida. ¡Qué te gusta una fiesta, jodía!

Me vuelves loco con lo bien que te queda el azul,
el blanco te conjunta genial. Eres tan, tan del sur,
tan hermosa con esas piernas de cemento,
con ese asfalto tan único que parece un regazo.

Quiero que me abraces, me acojas y digas que soy tuyo,
hoy quiero dormir contigo de manta, que me cuentes un cuento,
y admirar el brillo de tu alma, que siempre me vuelve loco.
Es amor lo que siento por una ciudad, es que estoy enamorado.

Caí en la pasión que sufro por ella cuando recorro la Calle Larga,
mordí el anzuelo de la Catedral, que me conquista con su pose alta,
de modelo, aunque no le haga falta ser joven para lucir tanta belleza.
Siempre por ti me dejo una fortuna, cuando te veo termino en la pobreza.

Plata no eres, aunque Platero es una de tus plazas,
la Arenal, también una, que rebosa en Semana Santa,
Oro tampoco, pero por el albero que hay en el Hontoria,
cualquiera diría, mi reina, que eres toda una fortuna.

¡Qué me pongan una orden de alejamiento!
Yo sin ella, lo siento, estar no puedo
He perdido el juicio, los dos, señor juez.
Pero más gané por cultivarme en Jerez.

Para mí fuiste un hermano, que nunca tuve,
la amante que en verano, uno besa para luego no ver,
la madre que me enseña a andar de pie,
con el corazón por bandera, y las ideas en la cabeza.
Te quiero, y siempre te querré, te amaré.
Nunca lo olvides, aunque estés entre fronteras,
Jerez.







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