sábado, 6 de febrero de 2016

Libertad entre soledad y márgenes

Yo es que por ti lo di todo, 
y ahora miro nuestras fotos, 
de un pasado roto,
y de un corazón de juguete,
triste porque ya con él no juegan,
se quedó sin amo con el que jugar,
añora el ayer sin saber que pasará mañana.

Quise quitarme libertad
Despedí a mi esencia,
y no, no fue coincidencia,
el amar menos a la realidad.
Sin valor de enfrentarme a ella.


Mira, mi reina, mi presidenta,
qué quieres que te diga,
si ya te entregué hasta
los besos, versos poderosos,
apasionados más de mi alma.

Pasé mucho tiempo en conjunto,
aflorando frutos frente a un arbusto
pero no, yo ya no quería ser árbol,
yo quería ser pájaro,
volando de rama en rama al cielo, 
hasta que se acabasen,
los tumultos de las alas,
que hacen que seamos aves.

Yo soy un artista, un escritor, un poeta.
Dime si me conviene estar a tu lado de marioneta,
me siento independiente como una maqueta y,
quizás, solo quizás por esa cuestión de azar
del destino que nos une y que, a la vez, nos separa,
tengo que alejarme de un acierto pasajero,
que uno cree ser fallo entre unos abrazos.

No quiero estar más en tu regazo aunque te lo ruegue,
solo quiero amar a personas sin comprometerme,
ya que a la hora de tener musas, conformarse no conviene.
Soledad como penitencia que un creyente cumple,
el pecado capital de acompañarse y querer sobre las nubes.

Desde entonces duermo solo,
escribo escoltado por una pluma.
La tinta me lleva en sus hombros,
y las letras se cansan de oírme gritar,
párrafos que rezan para que no sea inmortal.

Me enorgullezco de mí mismo,
de tomar decisiones a mi pecho,
y de clavar mi destino porque solo yo soy dueño.
Pido lo siento antes que sacar a pasear mi ego,
me desnudo de valores antes que de trapos.
Si fui diablo, perdona al ángel que un día cambió de bando.

Me agradan estos momentos,
de paz, de dolor, de sufrimiento.
Porque herirse sirve para quitarse penas,
de una forma que el mal anterior ya no entra, no llega.
Mi lema es gritarlo todo para que salga,
antes de que en cáncer se convierta,
y entre las cavernas, nuestras venas y
un pasado de recuerdos te devore, cual hiena.

Y puede que me haya quitado mi esencia,
mi energía, mi vida, mi añoranza,
puede que haya perdido incluso la esperanza.
Mis tierras fueron conquistadas por la leyenda,
la mentira, la que decía que amar es una
vivencia eterna porque te llena,
aunque se resquebraja,
igual que una muerte lenta.

Todavía me siento libre,
libre como ser entre unos márgenes,
fugado de una cárcel, sin límites.
Porque, mirad, el chaval que sonreía y lloraba,
ahora tan sólo plasma el alma en unos barrotes,
con forma de palabras que buscan coherencia,
en un mundo perdido entre monedas y belleza.






No hay comentarios:

Publicar un comentario